El proceso de toma de decisiones consta de componentes que están asociados a la motivación, en este sentido, la teoría de la autodeterminación propone una estructura jerárquica en el proceso motivacional, la cual es global, contextual y situacional. Respecto a lo global, se relaciona con la personalidad, mientras que en el nivel contextual se habla sobre aspectos de la actividad humana, tales como el trabajo, lo académico, el ocio, etc. En este nivel el entorno social posee mayor influencia. Por último, cuando se hace referencia al nivel situacional, se hace énfasis en los espacios de tiempo que son irrepetibles, como una reunión familiar en un año y tiempo determinados. Cada uno de los niveles mencionados interactúan entre sí, incluso, los factores sociales poseen influencia en el proceso motivacional a través de las necesidades psicológicas básicas como la competencia, vinculación y autonomía.
Existen tres tipos de motivación:
- Intrínseca: este aspecto tiene que ver con la satisfacción que proporciona la realización de actividades que no poseen recompensas externas, es decir, se destaca por el placer de hacerlas.
- Extrínseca: se refiere a la ejecución de conductas para un determinado fin o propósito.
- Amotivación: asociada con la sensación de falta de un propósito.
Asimismo, lo que expresa la teoría de las necesidades psicológicas básicas respecto a la búsqueda de satisfacción de necesidades como la autonomía, la competencia y la vinculación. En este sentido, la autonomía viene siendo parte de la organización del comportamiento en relación con la libertad, la cual no debe ser confundida con independencia o el individualismo, más bien, la autonomía representa la capacidad para escoger qué acciones se realizarán en determinado contexto. Por otro lado, la competencia implica la asunción de desafíos óptimos que tengan por consecuencia sentimientos de efectividad, teniendo habilidades para poder crear un impacto en su ambiente. En cuanto a la vinculación, se hace referencia a la vivencia de relaciones sociales sanas.
Janis y Mann proponen un modelo que indica que el proceso de toma de decisiones se genera por estrés, el cual es alimentado por dos fuentes. La primera es la preocupación respecto a las pérdidas objetivas, mientras que la segunda hace alusión a la preocupación por pérdidas subjetivas. Ambas preocupaciones generan resistencia en la toma de decisiones, puesto que se pone en duda si realmente vale la pena dejar todo tal y como está. En este caso se pueden considerar alternativas asociadas a correr el riesgo de cambiar el curso de una situación o conflicto, la cual puede verse teñida por la preocupación.
Las estrategias que suelen utilizarse en la resolución del conflicto que genera estrés consisten en utilizar estrategias como la vigilancia, que se caracteriza por el optimismo que se tiene para poder encontrar una solución y la creencia de que hay tiempo suficiente para la búsqueda de información importante que pueda ser evaluada. Otra estrategia es la hipervigilancia, que es cuando un individuo posee la creencia de dar con una solución, aunque a diferencia de la estrategia anterior, se considera que no se dispone del tiempo necesario, provocando que se busque información de manera desordenada, siendo víctima de niveles altos de estrés. Por último, la evitación defensiva es una estrategia que nace del pesimismo respecto a la posibilidad de encontrar una solución, teniendo como consecuencia la evitación, donde se pospone la toma de una decisión.
Confiar en las propias capacidades para tomar decisiones anticipa las reacciones que pueda tener un individuo al momento de percibir el éxito o los riesgos de la decisión que tomará. En el caso contrario, cuando no existe autoconfianza, las emociones negativas suelen provocar el arrepentimiento, anticipando la ansiedad al notar que existe un conflicto posterior a la decisión tomada, lo que aumenta la percepción del riesgo de pérdidas subjetivas. Se concibe el proceso de toma de decisiones como una forma de prevenir las consecuencias psicológicas displacenteras.
La presencia de emociones negativas provoca la hipervigilancia en la toma de decisiones, de manera que un individuo tiende a cuestionar su capacidad para buscar soluciones eficaces. Esto es algo que puede perturbar la percepción que se tiene sobre alguna tarea o actividad en particular, puesto que tiende a verse como algo demandante y que excede los recursos disponibles para su realización.
Esta propuesta puede ser interesante para quienes tienden a utilizar el autosabotaje al momento de tomar decisiones, dado que esto puede ser determinante en la percepción que se tiene del riesgo y el fracaso. Puedes acceder al módulo de Toma de decisiones en la app de Saluta si deseas saber cómo enfrentar esto.
Autor(a): Psicóloga Nicole Caroline Moreno Vilches – Saluta Centro de Salud Digital
Referencias
Luna Bernal, A. C., & Laca Arocena, F. A. (2014). Patrones de toma de decisiones y autoconfianza en adolescentes bachilleres. Revista de Psicología, 32(1), 39-65.
Stover, J. B., Bruno, F. E., Uriel, F. E., & Fernández Liporace, M. (2017). Teoría de la Autodeterminación: una revisión teórica. Perspectivas en Psicología: Revista de Psicología y Ciencias Afines, 14(2), 105-115.